EL PROYECTO LIBRO AZUL DE LA NASA
El Proyecto Libro Azul fue el programa más conocido y polémico de investigación sobre el fenómeno OVNI que realizó la Fuerza Aérea norteamericana.
Aunque hoy en día ningún departamento del Gobierno de Estados Unidos (EEUU) participa en la investigación de objetos voladores no identificados (ovni), hubo un tiempo, entre los años 1947 y 1970, en que este tipo de estudios se consideró vital para determinar si los ovnis suponían una amenaza potencial para la seguridad nacional.
La Fuerza Aérea de EEUU (USAF) ha sido uno de los organismos encargados de realizar este tipo de investigaciones. Para ello llevó a acabo varios programas, entre los que destaca el Proyecto Libro Azul, que se mantuvo operativo hasta el 17 de diciembre de 1969. Su sede se hallaba en Wright-Patterson Air Force Base, Ohio.
Durante el tiempo que funcionó el proyecto se recogieron 12.618 informes de avistamientos ovni. Las conclusiones finales aseguraron que la mayoría se trataba de fenómenos naturales o aviones convencionales. Unos cuantos hechos fueron considerados fraudes, pero 701 casos (un 6%) fueron clasificados como inexplicables.
Ruppelt, a quien se le atribuye la creación del término ovni, contó entre su equipo con el astrónomo J. Allen Hynek, consultor científico del proyecto. Hynek, que en un principio se consideraba un gran escéptico, acabó siendo uno de los mayores defensores de este tipo de investigaciones.
Con la ayuda del Battelle Memorial Institute, una organización científica privada sin ánimo de lucro, Ruppelt creó el informe especial nº 14 del Proyecto Libro Azul. El informe consistía en un análisis masivo de los casos del proyecto. Para que un caso pasara a ser considerado “explicable” era necesario que dos analistas por separado estuvieran de acuerdo sobre la resolución. Sin embargo, para catalogar un caso como “desconocido” se necesitaban cuatro analistas que estuvieran de acuerdo. De este modo el criterio resultaba bastante riguroso.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) decidió tomar cartas en el asunto y crear una comisión de científicos para estudiar los ovnis, encabezada por el doctor H. P. Robertson, físico del Instituto Tecnológico de California. El Comité Robertson no tomó en cuenta ninguna de las pruebas aportadas por Ruppelt y Hynek, las mejores que habían extraído del Libro Azul, asegurando que todos los casos ovni podían ser explicados con una investigación más profunda.
El comité, alentado por la CIA, obligó a la USAF a restar importancia al tema de los ovnis, e inició una campaña para desacreditar y disminuir el interés público por este tipo de fenómenos. Para ello recurrió a los medios de comunicación (incluyendo a la compañía Walt Disney), a astrónomos, psicólogos e incluso a famosos.
Ruppelt, desmoralizado, abandonó el Proyecto Libro Azul en 1953. Todos los que le sucedieron en la dirección resultaron ser auténticos escépticos respecto al asunto ovni, especialmente su último responsable, el comandante Héctor Quintanilla.
Un informe negativo realizado por la Universidad de Colorado, titulado“El Estudio científico de los ovnis”, fue el detonante para la conclusión del proyecto en 1969 y la cancelación de todo tipo de investigación sobre ovnis en EEUU. La documentación concerniente a las investigaciones realizadas fue transferida permanentemente a la Modern Military Branch, del Servicio de Archivos y Registros Nacionales, en Washington, DC 20408, y se encuentra disponible para la consulta pública.
Es por ello que no todo el mundo estuvo de acuerdo con la cancelación del Proyecto Libro Azul. Un editorial de la época del diario Richmond News Leader opinó que "los intentos de desacreditar las observaciones relatadas conforme a la exposición razonada del Proyecto Libro Azul no resolverán el misterio, y sólo servirán para aumentar la sospecha de que hay algo ahí que la Fuerza Aérea no quiere que nosotros sepamos".
Por su parte, un congresista por Ohio, William Stanton, manifestó que “la Fuerza Aérea ha perdido gran parte de su prestigio en esta comunidad. Cuando la gente confía en la administración y ésta no dice la verdad, se pierde esa confianza".
Hoy en día, numerosas universidades, organizaciones científicas y medios de comunicación de EE.UU. realizan periódicamente seminarios y estudios relacionados con los ovnis, mientras que varias encuestas inclinan su balanza a favor de los que creen en la existencia de vida en otras galaxias, por lo que exigen la creación de nuevos programas de investigación.
Aunque hoy en día ningún departamento del Gobierno de Estados Unidos (EEUU) participa en la investigación de objetos voladores no identificados (ovni), hubo un tiempo, entre los años 1947 y 1970, en que este tipo de estudios se consideró vital para determinar si los ovnis suponían una amenaza potencial para la seguridad nacional.
La Fuerza Aérea de EEUU (USAF) ha sido uno de los organismos encargados de realizar este tipo de investigaciones. Para ello llevó a acabo varios programas, entre los que destaca el Proyecto Libro Azul, que se mantuvo operativo hasta el 17 de diciembre de 1969. Su sede se hallaba en Wright-Patterson Air Force Base, Ohio.
Durante el tiempo que funcionó el proyecto se recogieron 12.618 informes de avistamientos ovni. Las conclusiones finales aseguraron que la mayoría se trataba de fenómenos naturales o aviones convencionales. Unos cuantos hechos fueron considerados fraudes, pero 701 casos (un 6%) fueron clasificados como inexplicables.
Un comienzo prometedor
El Proyecto Libro Azul surgió en el año 1952 para sustituir al Proyecto Grudge, con el que varios altos cargos de la USAF no estaban satisfechos. El primer responsable del proyecto fue el capitán Edward J. Ruppelt, y bajo su breve mandato tuvo lugar el periodo de máximo apogeo del programa. Los avistamientos fueron tratados con seriedad y contaban con apoyo y financiación oficial.Ruppelt, a quien se le atribuye la creación del término ovni, contó entre su equipo con el astrónomo J. Allen Hynek, consultor científico del proyecto. Hynek, que en un principio se consideraba un gran escéptico, acabó siendo uno de los mayores defensores de este tipo de investigaciones.
Con la ayuda del Battelle Memorial Institute, una organización científica privada sin ánimo de lucro, Ruppelt creó el informe especial nº 14 del Proyecto Libro Azul. El informe consistía en un análisis masivo de los casos del proyecto. Para que un caso pasara a ser considerado “explicable” era necesario que dos analistas por separado estuvieran de acuerdo sobre la resolución. Sin embargo, para catalogar un caso como “desconocido” se necesitaban cuatro analistas que estuvieran de acuerdo. De este modo el criterio resultaba bastante riguroso.
La crisis del escepticismo
A pesar de la seriedad y la base científica con que el equipo de Ruppelt trataba los episodios registrados sobre ovnis, seis meses después de su inicio el proyecto topó con el primer obstáculo. El conflicto surgió en julio de 1952 tras una serie de avistamientos en el Aeropuerto Nacional de Washington DC.La Agencia Central de Inteligencia (CIA) decidió tomar cartas en el asunto y crear una comisión de científicos para estudiar los ovnis, encabezada por el doctor H. P. Robertson, físico del Instituto Tecnológico de California. El Comité Robertson no tomó en cuenta ninguna de las pruebas aportadas por Ruppelt y Hynek, las mejores que habían extraído del Libro Azul, asegurando que todos los casos ovni podían ser explicados con una investigación más profunda.
El comité, alentado por la CIA, obligó a la USAF a restar importancia al tema de los ovnis, e inició una campaña para desacreditar y disminuir el interés público por este tipo de fenómenos. Para ello recurrió a los medios de comunicación (incluyendo a la compañía Walt Disney), a astrónomos, psicólogos e incluso a famosos.
Ruppelt, desmoralizado, abandonó el Proyecto Libro Azul en 1953. Todos los que le sucedieron en la dirección resultaron ser auténticos escépticos respecto al asunto ovni, especialmente su último responsable, el comandante Héctor Quintanilla.
Un informe negativo realizado por la Universidad de Colorado, titulado“El Estudio científico de los ovnis”, fue el detonante para la conclusión del proyecto en 1969 y la cancelación de todo tipo de investigación sobre ovnis en EEUU. La documentación concerniente a las investigaciones realizadas fue transferida permanentemente a la Modern Military Branch, del Servicio de Archivos y Registros Nacionales, en Washington, DC 20408, y se encuentra disponible para la consulta pública.
El interés sigue vivo
A pesar de la reticencia del gobierno norteamericano a reabrir las investigaciones sobre avistamientos ovnis, la opinión pública sigue demostrando cierta inclinación por mantener vivos los estudios sobre vida extraterrestre.Es por ello que no todo el mundo estuvo de acuerdo con la cancelación del Proyecto Libro Azul. Un editorial de la época del diario Richmond News Leader opinó que "los intentos de desacreditar las observaciones relatadas conforme a la exposición razonada del Proyecto Libro Azul no resolverán el misterio, y sólo servirán para aumentar la sospecha de que hay algo ahí que la Fuerza Aérea no quiere que nosotros sepamos".
Por su parte, un congresista por Ohio, William Stanton, manifestó que “la Fuerza Aérea ha perdido gran parte de su prestigio en esta comunidad. Cuando la gente confía en la administración y ésta no dice la verdad, se pierde esa confianza".
Hoy en día, numerosas universidades, organizaciones científicas y medios de comunicación de EE.UU. realizan periódicamente seminarios y estudios relacionados con los ovnis, mientras que varias encuestas inclinan su balanza a favor de los que creen en la existencia de vida en otras galaxias, por lo que exigen la creación de nuevos programas de investigación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario